Chimbote Al Día

Lo que un dia fue

Por: Raúl Mendoza

A comienzos del siglo pasado Chimbote no era la ciudad caótica en que se transformó después por efectos de la industria pesquera y la del acero, sino un balneario apacible donde los visitantes de otras urbes llegaban para disfrutar de su bahía. En sus playas había por lo menos cincuenta metros de arena, un muelle que podía recorrerse a pie, botes para pasear en sus aguas tranquilas y, por si fuera poco, islas cercanas adornando el paisaje. Era un lugar atractivo, con enorme potencial turístico, que fue avasallado al llegar el “progreso”.

Cuenta Jorge Smith, chimbotano conocedor de la historia del puerto, que en las primeras décadas del siglo XX mucha gente de Lima se iba a Paracas o Chimbote de vacaciones. “Ambas son bahías y tienen playas tranquilas. Pero la suerte de ambas ciudades ha sido distinta”. A fines del siglo XIX, Chimbote era una caleta de pescadores. Más tarde, en los años veinte, durante la construcción del ferrocarril Chimbote-Huallanca, muchos inmigrantes extranjeros llegaron al lugar y con el tiempo se integrarían a la plural y activa sociedad chimbotana. La paulatina transformación en el puerto actual que todos distinguimos por su inconfundible olor arrancaría a mediados del siglo pasado.

Los años previos (y felices)  de esta ciudad aparecen ahora condensados en la exposición “Este video”, es una muestra con imágenes captadas entre 1915 y 1960. Estas fotografías, que además se hacen públicas por primera vez, dan cuenta de la ciudad antes de su degradación urbana y su deterioro ambiental: costumbres sosegadas como cualquier ciudad-balneario, con alguna opulencia, y puntos de encuentro como la playa, el Hotel Chimú y la Plaza de Armas.

 

 
 

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